Lo que tenga que volver, volverá, en otras formas y en otro momento

En un punto de nuestra existencia aprendemos algo valioso, que por más que sea aconsejado es muy difícil de aprender a volver, si no se vive en carne propia.

Dejar ir aquello que queremos, puede ser aquel amor tóxico, aquellos sueños o simplemente renunciar a algo con qué nos empeñamos en hacer ocurrir.

Puede parecer algo ilógico, renunciar  a las cosas que son parte de nuestra vida, pero esto nos puede ayudar a alcanzar un grado de felicidad más alto. Entendiendo que de aquellas cosas. Personas que dejamos ir podrán llegar en nuevas formas que te permitirán comenzar de nuevo. Aquello que no regrese te aseguro que no era necesario en tu vida.

Podemos pensar en el caso de Dorothy, personaje principal del Mago de Oz. Que atraviesa una gran aventura en un mundo nuevo, siempre con el afán de encontrar al mago para llegar a su casa. Aprendido de sí misma y descubriendo una nueva Dorothy, que es capaz de realizar proezas que si se quedaba en su pueblo jamás descubriría que las poseía.

Una premisa que podemos sacar del libro, es que debemos enfrentarnos a caminos distintos a los ya trazados para poder descubrir nuevas facetas en que están dentro de ti. Esto aplica muy bien al tema de aferrarse a las cosas que ya conocemos. Ahí es donde te sientes cómodo. Debes explorar el mundo, la diversidad de caminos, pero que este ofrece.

Lo importante de trazarse metas es el camino, la formas en que se puede enfrentar ese desafío. El camino es el que nos enseña. La meta en sí no es tan satisfactoria como descubrir un trayecto único, que no llene de experiencias inolvidables. 

Cuando algo decide por volver, siempre es distinto

 

Podemos pensar en el ejemplo de las estrellas que llenan nuestros cielos al anochecer. Esta es simplemente el brillo de algunas de ellas que se encuentran a millones de años luz. Su luz se tarda tanto en llegar a nuestro planeta puede que ya no exista realmente.

Recibimos y dejamos ir infinidad de cosas a lo largo de nuestra vida, pero no todo ello es verdadero. Así como, el destello de las estrellas. Cuando se va ese gran amor, siempre deseamos que el próximo que venga sea mejor que el anterior. Que se preocupe, que muestre interés por las cosas que hacemos. 

Sin embargo, muchos no muchos esperan que llegue alguien nuevo a su vida, y no se dan el lujo de perder la oportunidad de seguir intentándolo con su ex. Empeñados en algo que muestra que no le hace bien. Hay que ser muy valientes para esperar aquello que el destino tiene preparado para nosotros. 

Para lograr alcanzar esta “paciencia” necesaria para esperar lo que el destino tiene para nosotros. Es fundamental que podamos comprender que esta solo se desarrolla a través de un proceso de autoconocimiento que nos permita desarrollar una cosmovisión y madurez. Esto nos ayudé dejar ir aquello que no nos hace bien de manera sencilla.

Tropezar es parte del camino no temas a equivocar, eso forma parte de tu proceso. Sigue la voz de tu interior y descifra aquellas señales que te indican que debes dejar ir aquellas cosas que no te ayudan a avanzar. Estas no solo son personas, pueden ser sueños que se convierten en caprichos, que frenan nuestro crecimiento. 

Ponte los zapatos plateados de Dorothy y explora el mundo que te rodea. Crece como una persona libre que es capaz de ver ese hilo plateado del crecimiento personal como lo ejemplifico Lyman Frank Baum en su novela.